A diferencia de lo que se pudiera llegar a pensar, la electricidad no fue descubierta por Edison en 1879, pues él únicamente inventó la primera bombilla utilizando electricidad. Y es que, mucho antes de eso, en torno al año 1600 ya se hablaba de electricidad gracias a William Gilbert y apenas sesenta años después, en 1660 Otto Von Guericke creó el primer generador electro estático. Pero incluso muchísimo antes, en el 624 antes de Cristo, ya Tales de Mileto conocía la existencia de la electricidad.

Podríamos decir, por tanto, que la electricidad ha formado parte siempre de nuestro mundo y, en cambio, el primer pozo de petróleo no se perforó hasta 1859, sin embargo su expansión fue mucho más rápida y apenas 35 años más tarde, con la llegada del automóvil ya se introdujo el concepto de gasolina que necesitaban todos los coches. La pregunta, entonces era, ¿por qué no se utilizo desde un primer la electricidad como motor esencial de los coches cuando es un bien mucho más común y su existencia se conocía desde muchos siglos atrás?

Quizás esta es una pregunta que nunca sepamos responder, pero lo que sí es cierto es que ahora se está apostando fuertemente porque las cosas cambien y, en este sentido, los coches híbridos son el primer paso hacia la electrificación total de los automóviles en el mundo entero, logrando así un mundo mucho más limpio y menos contaminante.. pero, ¿cómo funciona realmente un coche híbrido?

El coche híbrido sigue necesitando gasolina

Muchas personas no saben cuál es la diferencia entre un coche eléctrico y uno híbrido, sin embargo, tal y cómo su propia palabra indica los coches híbridos son una mezcla en la que en su interior estos vehículos tienen dos motores uno de gasolina o diésel (aunque este último está cada vez más en desuso) y un motor eléctrico.

Cuando un coche arranca necesita de una pequeña chispa, un pequeño impulso que haga que todo funcione. Esto se logra gracias al motor de gasolina. Una vez el automóvil se encuentre en marcha, es el propio andar del coche el que hace que la batería del vehículo se vaya recargando incluso al mismo tiempo que se utiliza.

No obstante, mientras se conduce por una carretera urbana el coche necesitará utilizar ambos motores pues es a pequeñas velocidades cuando más potencia necesitan estos vehículos. En cambio, en las autopistas en las que los cambios de marcha son muy escasos y no se necesita una potencia adicional, es cuando el motor eléctrico es el total y absoluto protagonista y el encargado de que el vehículo se mueva.

Cómo se carga un vehículo híbrido

Existen dos tipos de automóviles. Por un lado los que no necesitan ser recargados eléctricamente porque es el propio movimiento del vehículo el que recarga sus baterías y que son capaces de aprovechar el exceso de potencia generada por el vehículo para utilizarlo para recargar las baterías.

Por otro lado, existen también los híbridos enchufables que están diseñados para ser recargados en tan solo una hora y media con un enchufe doméstico normal y corriente. El problema de estos vehículos, por el contrario, es su escasa autonomía quien es apenas de 25 kilómetros. Eso sí, queda ampliamente compensado con un consumo de gasolina en líneas generales verdaderamente bajo que nos hará gastar apenas 2,1 litros por cada 100 kilómetros recorridos.

¿Compensa comprar un coche híbrido?

Para saber si te compensa o no comprar un coche híbrido debes tener en cuenta una serie de cosas, es por ello que habría que hacer una lista con los pros y los contra de comprar un coche híbrido o decantarse por uno de gasolina o diésel.

El primer punto a tener en cuenta es el ruido y las emisiones. En este sentido el eléctrico funciona perfectamente porque es responsable con el medio ambiente y su ruido es prácticamente inexistente. Todo lo contrario que los vehículos de combustión.

Aparcamiento privilegiado: Seguramente habrás notado que en muchas zonas céntricas y hasta en centros comerciales es posible aparcar justo al lado de la puerta solo por el hecho de tener un vehículo eléctrico y, además, de forma completamente gratuita. Esto, en casi todas las ciudades de España es una gran ventaja, todo lo contrario a lo que sucede con los coches de gasolina y diésel que pueden estar larguísimas horas dando vueltas.

Conducción nunca prohibida. En algunas ciudades con problemas de contaminación, han activado protocolos que impiden a los vehículos de gasolina o diésel moverse por la ciudad. Esta medida no afectaría en absoluto a los vehículos eléctricos quienes podrían seguir circulando con total normalidad.

El menor consumo de gasolina y por tanto el menor precio que te gastas cada mes en tu coche, y el hecho de pagar menos impuestos no solo en la compra y matriculación del vehículo sino también del impuesto de circulación, hacen que comprar un eléctrico pueda merecer más la pena.

No obstante, no es oro todo lo que reluce y entre los hándicaps más destacados se encuentra un aumento del precio del seguro, una menor variedad de puntos de recarga y por tanto dificultad para realizar viajes largos y una menor variedad de modelos entre los que elegir, no obstante, esto último se espera que se solucione en los próximos años.